lunes, 15 de diciembre de 2014

Oración Liturgica


Para rezar nos podemos y debemos apoyar en el Evangelio, ya hablaremos de esto más adelante, textos de los santos y de la liturgia.

Hoy quería que te pararas a analizar el Prefacio de Adviento 3 que nos da un montón de pistas de como prepararse para la Navidad.

Mira lo que dice, pero leyendo despacito:

A Él que había sido anunciado por los profetas, la Virgen Madre lo llevo en su seno con amor inefable; Juan Bautista proclamó la inminencia de su venida y reveló su presencia entre los hombres. El mismo Señor nos concede ahora preparar con alegría el misterio de su nacimiento, para que su llegada nos encuentre perseverantes en la oración y proclamando gozosamente su alabanza.

Estas palabras de la liturgia es un verdadero tratado teológico de lo que vamos a vivir y estamos viviendo en estos días. Pero además nos da varias características de como deber ser nuestra espera: alegre, perseverante en la oración y apostólica.

Una oración navideña


Es lógico que te preguntes estos días por una oración que te pueda servir para preparar los días venideros. Te voy a aconsejar una que difundió un gran santo y que aprehendió de su profesor. Puedo, quiero advertirte, que no te parezca navideña pero termina de leer. Dice así:

Yo quisiera, Señor, recibirte. Vamos a pararnos un momento., ¿no es lo que estamos haciendo estos días, prepararnos para recibir al Niño-Dios?, con lo cual esta oración viene, usando la vieja expresión, como anillo al dedo. Con aquella pureza, humildad y devoción que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

Si realmente nos disponemos a recibir a Jesús la mejor de las oraciones navideñas es la comunión espiritual. Nos enseña y nos dispone a recibir en el portal, en Belen -casa del pan-, a Jesús: con limpieza del alma, con sencillez y piedad.

Por consiguiente te aconsejamos que la recites no una vez al día en estos últimos días del adviento sino cuando vayas andando, cuando visites una Iglesia o cuando te acerques a tu Belén.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Adviento


Hoy es el tercer domingo de Adviento, el conocido domingo Gaudete. Nos tenemos que llenar de Esperanza y Alegría porque ya se acerca nuestra Salvación.

Sin embrago no es este el tema que queríamos abordar hoy sino que, como denomina algunas Iglesias Orientales vivir, el Adviento la cuaresma chica. Es decir un tiempo de preparación con oración. Y, como sabes, el hombre debe rezar no sólo con el alma sino  también con el cuerpo. Ni somos sólo seres corporales ni totalmente espirituales.

Rezar con el alma es a lo que habitualmente nos estamos refiriendo en este Blog. Sin embargo hoy queremos hablar de rezar con el cuerpo. La Teología del Cuerpo de la que tanto hablo Juan Pablo II.

Rezar con el cuerpo es realizar pequeños o grandes actos de los que nos privamos para ofrecérselos a Dios: ser puntual a la hora de rezar, hacer un pequeño ayuno para dar Gloria a Dios, privarse de un bien que nos tiene enganchados para que Jesús nazca con mayor espacio en nuestro corazón en estas fechas de navidad, etc.

La oración del cuerpo es una consecuencia de la oración del alma. Es, hablando con Dios, cuando descubrimos que cosas, de verdad, le agradan. Por consiguiente te seguimos animando a rezar para saber que ofrecer.

jueves, 11 de diciembre de 2014

La Ecología de la Oración


Gracias pro la gran aceptación que ha tenido el Blog. En un sólo día superamos las 200 visitas, pero vayamos con lo importante.

El sacerdote encargado de los niños pequeños de mi colegio cada vez que habla con ellos les recuerda que tienen que rezar las 3 avemarías de la noche y les dice que no deben rezarlas en la cama sino de rodillas mirando al cuadro de la Virgen. Les anima a que lo hagan de ese modo porque la oración, también la vocal, necesita un clima favorable para poder rezar.

Alguno de vosotros me podría decir que Dios habla cuando quiere y como quiere y que habla hasta en sueños como al bueno de San José. Esto es cierto, pero lo habitual es que Dios hable en un clima de recogimiento. En ese ambiente es dónde la voz de Dios se puede escuchar con claridad.

Por consiguiente a la hora de hacer la oración, de rezar, debemos crear un clima de silencio, interior y exterior, que permita escuchar los susurros de Dios porque, como tantas veces hemos dicho, Dios habla bajito.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Volvemos a la carga


La aventura de Razón y Fe no ha terminado todavía pero hace unos días, hablando con un amigo, pensé tengo que hacer algo para ayudar a los demás a escuchar a Dios porque, como ha escrito el Papa Benedicto XVI hablando de Moisés, lo que salva y la humanidad esta esperando es el hombre que hable cara a cara con Dios, como un amigo habla con un amigo.

Este es el objetivo de este nuevo Blog: enseñar a escuchar a Dios. Para eso, aquí, se te sugerirán consejos frutos de la experiencia personal y de los grandes maestros de la oración. Pero sobre todo se te facilitaran, según las edades, posibles textos que te ayuden a rezar ya que, como dice Guardini, la oración no es sólo fruto de la espontaneidad interior sino que la oración es un servicio que debe protegerse con fidelidad y obediencia, Por eso, seguía diciendo este autor, la oración tiene que ser querida y ejercitada.

Si ya nos seguías en Razón y Fe no dejes de hacerlo ahora. Aquí no encontraras lo último en la vida de la Iglesia pero si una posible ayuda para hablar y escuchar a Dios.